lunes, 19 de abril de 2010

UN VIAJE MERECIDO

Que los dirigentes del Fútbol Argentino asistan a un Mundial no es un privilegio, sino un derecho adquirido por dedicarle gran parte de su tiempo a esta actividad. Nadie invita a nadie. Nadie impone nada. Asistirán por propia decisión en uso de una facultad que le es absolutamente legítima.
Muchas veces hemos respondido a la pregunta ¿qué es la AFA?. Y sin que esto resultara indiscutible, la AFA no es otra cosa que unos cuatro mil clubes, 208 Ligas, varios miles de jugadores, otros tantos miles de chicos que sueñan con ser jugadores de fútbol. ¿Qué más es la AFA?. Es la institución que, en representación de todas aquellas entidades, personas y estamentos, organiza la disputa de todos los campeonatos y regula el funcionamiento estatutario que impone la ley.
Primera afirmación: la AFA son sus clubes. Primera deducción: los clubes son sus dirigentes. Primera conclusión: el trabajo de los dirigentes, su esfuerzo, su vocación, su indeclinable pasión, permite que millones de personas disfruten deportiva, social y culturalmente de esas instituciones.
Sin embargo, estos hombres que le otorgan gran parte de sus vidas y gran parte de la vida de sus familias al fútbol, suelen sentirse injustamente “imputados”, si es que una vez cada cuatro años pueden disfrutar del privilegio de asistir a la fiesta máxima que el universo del fútbol ofrece: la Copa del Mundo.
En realidad, una parte de la prensa les hace sentir que esta es una prebenda otorgada y no un derecho adquirido. Que es como tomar algo que realmente les pertenece, porque si asisten, lo harán por propia decisión en uso de una facultad que le es absolutamente propia. Nadie invita a nadie. Nadie impone nada. Simplemente, como en todo desplazamiento masivo, alguien organiza y coordina una cuestión tan compleja como es viajar, alojarse, trasladarse y comer. Luego, cada uno de estos hombres que ha trabajado 1460 días en cada uno de sus clubes merecería, si lo desea, disfrutar de un mes de Mundial. Más aun, debería ser así.
¿Es que acaso podría discutirse que un hombre del campo asista a una Exposición Rural? ¿Se equivocan los laboratorios cuando organizan Congresos para que participen como disertantes u oyentes médicos de todo el mundo? ¿Se equivocan los dignatarios de Estado cuando intentan formar la mejor comitiva posible para cualquier evento internacional de Estado? ¿Si un dirigente del fútbol no aprovecha la oportunidad de ver un Mundial, donde están las grandes figuras, los mejores equipos, los dirigentes del resto del mundo con quienes alternar, convivir, intercambiar, cómo habríamos de calificarlo? ¿O cómo se supone que habrían de calificarlo los socios de su club?
Habría que dejar claramente establecido que aquí no hay subvención ni dádivas. La Selección cobra por jugar el Mundial y una mínima parte es lo que cada dirigente con representatividad tiene derecho a tomar para ir al acontecimiento ecuménico que más habrá de beneficiarlo. De manera que el demagógico recurso de tomar un viaje de delegación como si se tratara de algo antiético, carece de sustento. Habrán de viajar a Sudáfrica aquellos dirigentes que voluntariamente lo decidan, por cuanto solo estarán tomando lo que les pertenece.

Departamento Medios y Comunicación AFA

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